
El deísmo es una filosofia que deriva la existencia y la naturaleza de Dios de la razón y la experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de los elementos comunes de las religiones teístas como la revelación directa, la fe o la tradición. La mención de Dios en este artículo se refiere más a un Creador u Organizador (demiurgo) que al Dios Abrahámico.
Así, uno de los principales postulados de esta filosofía religiosa está basado en la creencia de que Dios existe y creó el universo físico, pero no interfiere con él (postulado que incluye a la evolución teísta). Este postulado se relaciona y origina con una filosofía y movimiento religioso que deriva la existencia y naturaleza de Dios por la razón. Por ello no toma posición sobre lo que hace Dios fuera del universo, en contraste con el fideísmo que se encuentra en muchas enseñanzas del cristianismo,[1] islamismo y judaísmo, que sostiene que la religión depende tanto de la revelación de las sagradas escrituras o del testimonio de otra gente.
Los deístas típicamente también tienden a rechazar los eventos sobrenaturales (milagros, profecías, etc.) y a afirmar que Dios no interfiere en la vida de los humanos y las leyes del universo. Por ello, a menudo utilizan la analogía de Dios como un relojero. Lo que para las religiones organizadas son revelaciones divinas y libros sagrados, la mayoría de deístas entiende como interpretaciones inventadas por otros seres humanos, más que como fuentes autorizadas. Los deístas creen que el mayor don divino a la humanidad no es la religión, sino la habilidad de razonar.
Así, uno de los principales postulados de esta filosofía religiosa está basado en la creencia de que Dios existe y creó el universo físico, pero no interfiere con él (postulado que incluye a la evolución teísta). Este postulado se relaciona y origina con una filosofía y movimiento religioso que deriva la existencia y naturaleza de Dios por la razón. Por ello no toma posición sobre lo que hace Dios fuera del universo, en contraste con el fideísmo que se encuentra en muchas enseñanzas del cristianismo,[1] islamismo y judaísmo, que sostiene que la religión depende tanto de la revelación de las sagradas escrituras o del testimonio de otra gente.
Los deístas típicamente también tienden a rechazar los eventos sobrenaturales (milagros, profecías, etc.) y a afirmar que Dios no interfiere en la vida de los humanos y las leyes del universo. Por ello, a menudo utilizan la analogía de Dios como un relojero. Lo que para las religiones organizadas son revelaciones divinas y libros sagrados, la mayoría de deístas entiende como interpretaciones inventadas por otros seres humanos, más que como fuentes autorizadas. Los deístas creen que el mayor don divino a la humanidad no es la religión, sino la habilidad de razonar.
Descripción general
Los deístas, en general, rechazan la religión organizada y los dioses personales "revelados" argumentando que Dios es el creador del mundo, pero que no interviene de forma alguna en los quehaceres del mundo, aunque esta posición no es estrictamente parte de la filosofía deísta. Para ellos, Dios se revela a sí mismo indirectamente a través de las leyes de la naturaleza descritas por las ciencias naturales.
El deísta no necesariamente negará que alguien pueda recibir una revelación directa de Dios, pero esa revelación será válida sólo para esa persona. Si alguien asevera que Dios se le ha revelado, será una revelación de segunda mano y no habrá obligación de seguirle. Esto implica la posibilidad de que se esté "abierto" a las diferentes religiones como manifestaciones diversas de una misma realidad divina hacia la que tiende nuestra naturaleza biológica, aunque no crea en ninguna en concreto como "verdadera" o "totalmente verdadera".
Para afirmar el uso de la razón en la religión, el deísmo permite utilizar en mayor o menor medida el argumento cosmológico, el argumento teológico y otros aspectos de la llamada «religión natural». Sin embargo, igualmente no excluye que solo se pueda indicar que se cree en Dios, pero aceptando que no se puede probar su existencia, al considerar racionalmente que su creencia está basada solo en fe, y no en una verdad divina.
El deísta no necesariamente negará que alguien pueda recibir una revelación directa de Dios, pero esa revelación será válida sólo para esa persona. Si alguien asevera que Dios se le ha revelado, será una revelación de segunda mano y no habrá obligación de seguirle. Esto implica la posibilidad de que se esté "abierto" a las diferentes religiones como manifestaciones diversas de una misma realidad divina hacia la que tiende nuestra naturaleza biológica, aunque no crea en ninguna en concreto como "verdadera" o "totalmente verdadera".
Para afirmar el uso de la razón en la religión, el deísmo permite utilizar en mayor o menor medida el argumento cosmológico, el argumento teológico y otros aspectos de la llamada «religión natural». Sin embargo, igualmente no excluye que solo se pueda indicar que se cree en Dios, pero aceptando que no se puede probar su existencia, al considerar racionalmente que su creencia está basada solo en fe, y no en una verdad divina.
Deístas famosos
Uno de los deístas de referencia es Thomas Paine que en su obra Age of Reason ("La edad de la razón"), dijo que la naturaleza es la verdad y la incambiable "Palabra de Dios", sin duda. Otros importantes deístas son los filósofos de la ilustración Voltaire, Rousseau y Montesquieu. Se pueden mencionar también como deístas indirectos a los filósofos griegos Sócrates, Platón y Aristóteles, aparte de los padres fundadores de Estados Unidos como Benjamin Franklin, George Washington, y Thomas Jefferson.



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